Sofía Echeverri | células
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células

de la serie células

Hace poco más de tres siglos, cobijada por estos muros, acaso en esta misma celda que hoy es contemporánea de nosotros, Sor Juana Inés de la Cruz reflexionaba acerca de la percepción y de la posibilidad o la imposibilidad del conocimiento, dadas las humanas limitaciones. La realidad, o sea la apariencia que nos ofrecen las cosas, ¿no sería acaso una especie de teatro de sombras, algo similar a las imágenes que proyectaba la linterna mágica de Athanasius Kircher, ese primitivo proyector de transparencias inventado por el sabio jesuita?

Inmersos en ese espíritu, los artistas que nos congregan en esta ocasión bajo una Luz invisible utilizan el mismo principio para proponer nuevas reflexiones a nivel estético. Las formas plásticas horadan el haz lumínico, y las superficies de la celda se transforman en el lienzo donde en cada caso se plasma de manera inmaterial el claroscuro llevado al nivel más extremo: las sombras mutantes del objeto interpuesto cortadas a tajo por rayos de luz.

Sofía Echeverri (…) consigue sombras cambiantes desde un enfoque más orgánico, partiendo de una suerte de intrincados dibujos escultóricos que sugieren microorganismos en movimiento, en mutación perenne. Aquí las sombras jamás repiten sus formas, ya que los modelos penden cambiando de posición con el aire, lo que propicia una generación de contornos espontánea e irrepetible, acaso una alusión a las formas insospechadas que puede adquirir la vida.

— gonzalo velez